La extradición del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández
Tegucigalpa, Honduras
En un comunicado, la Policía Nacional de Honduras informó que la captura del expresidente fue el resultado de un trabajo en conjunto con la Administración de Control de Drogas (DEA) de EE.UU.
“En coordinación con agencias estadounidenses, en especial la Administración de Control de Drogas (DEA), en las últimas horas se ha realizado una operación policial, que conlleva la captura del expresidente de la República, abogado Juan Orlando Hernández Alvarado”, indica el texto.
Allí fue notificado de los cargos en su contra y se ordenó que permanezca en prisión provisional. Su próxima audiencia quedó fijada para el 16 de marzo.

Y aunque el pedido de extradición tomó por sorpresa a algunos hondureños, los señalamientos y sospechas sobre el exmandatario no son nuevos.
En 2018, el hermano de Hernández, Juan Antonio, quien era diputado nacional, fue capturado en Miami acusado también de crímenes relacionados con el narcotráfico.

Fue a partir de este vínculo familiar directo que las sospechas alcanzaron al expresidente. Sin embargo, Hernández ha rechazado estos señalamientos en el pasado y ha asegurado que durante su gobierno se dedicó a combatir el negocio ilegal de drogas.
El propio Hernández señaló a través de un mensaje en su cuenta de Twitter que quedaba a disposición de las autoridades.
“Mis representantes han recibido el mensaje para que sea llevado a las autoridades de que estoy presto y listo para colaborar y llegar voluntariamente en el momento en que el juez natural que designe la honorable Corte Suprema de Justicia así lo decida, para poder enfrentar esta situación y defenderme”, dijo este martes por la mañana antes del arresto.
Los cargos
En la nota enviada por la embajada de EE.UU. en Tegucigalpa al gobierno hondureño, se específica la razón por la que se hace la petición de extradición: “Juan Orlando Hernández es buscado para ser juzgado en Estados Unidos por tráfico de drogas y delitos con armas de fuego”.
Aunque durante los ochos años que Hernández estuvo en el poder se convirtió en uno de los principales aliados de Washington en la región, las cosas comenzaron a complicarse mucho antes de que dejara el cargo de presidente, el pasado 27 de enero.
Aunque su salida del cargo, que lo dejó sin inmunidad presidencial, fue el detonante de la medida judicial.
Apenas días después, el 9 de febrero, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, anunció que a Hernández se le retiraría su visa para ingresar al país por “comportamientos antidemocráticos y actos de corrupción”.